miércoles, 30 de septiembre de 2009

Introducción y Notas

Levítico
Los judíos de habla griega llamaron LEVÍTICO al tercer libro del Pentateuco. Este nombre da una idea bastante adecuada de su contenido, porque el mismo consta casi exclusivamente de las prescripciones rituales que debían poner en práctica los sacerdotes de la tribu de Leví.
La primera parte del Levítico está dedicada al ritual de los sacrificios (caps. 1-7). Luego vienen el ceremonial para la investidura de los sacerdotes (caps. 8-10), y la ley sobre lo puro y lo impuro (caps. 11-15), que concluye con el ritual para el gran Día de la Expiación (cap. 16). Los caps. 17-26 contienen la así llamada "Ley de Santidad", que se cierra con una serie de bendiciones y maldiciones. A modo de Apéndice, el cap. 27 determina las condiciones para el rescate de las personas, los animales y los bienes consagrados al Señor.
El Levítico pertenece en su totalidad a la tradición "sacerdotal". De allí su estilo minucioso y preciso, sobrecargado de términos técnicos y de repeticiones. Esta es una característica de todas las legislaciones cultuales, que se extienden hasta los más mínimos detalles para asegurar la eficacia de los ritos.
Aunque el Libro recibió su forma definitiva en la comunidad postexílica, algunos de los elementos que lo integran tienen un origen muy antiguo. Las prohibiciones alimenticias (cap. 11) y las reglas relativas a la pureza (caps. 13-15) conservan vestigios de una edad primitiva, cargada de tabúes y concepciones mágicas. El ceremonial del gran Día de la Expiación (cap. 16) yuxtapone a un rito arcaico un concepto muy elevado del pecado.
Como en el resto del Pentateuco, las leyes están encuadradas en un marco narrativo. Pero en el Levítico ese marco es muy simple, y se reduce casi siempre a una fórmula convencional, que hace depender todo el culto israelita de una orden dada por Dios a Moisés en el Sinaí. Así se pone de relieve la relación del culto con la Alianza.
La lectura del Levítico deja casi inevitablemente la impresión de que su contenido pertenece a una cultura lejana y extraña al hombre moderno. Esto es verdad, pero visto en su contexto histórico, el Libro atestigua un sentido muy profundo de la trascendencia divina y de la preocupación por formar un Pueblo santo, consagrado al culto del verdadero Dios en medio de las naciones paganas.
La antigua Ley no era más que "la sombra de los bienes futuros" (Heb. 10. 1), y el único Sacrificio de Cristo hizo caducar todo el ceremonial del antiguo Templo. Pero las exigencias de santidad y de pureza en el servicio de Dios siguen siendo siempre válidas, y la referencia al Levítico es indispensable para entender muchos pasajes del Nuevo Testamento, que nos hablan de Cristo y de su Sacrificio redentor.

EL RITUAL DE LOS SACRIFICIOS
Para Israel –como para toda religión– el acto de culto por excelencia, la expresión más natural y espontánea del reconocimiento debido a la absoluta soberanía de Dios, es el "sacrificio". Al ofrecer un sacrificio, el hombre se despoja de algo valioso, de un alimento necesario para su vida, y lo consagra al Señor sobre el fuego del altar. El humo que sube de la ofrenda es como un lazo de unión entre el cielo y la tierra.
El sacrificio puede ofrecerse en acción de gracias, o para implorar del Señor algún beneficio. También hay sacrificios de expiación por el pecado, donde la sangre cumple una función purificadora. Otras veces, sólo una parte de la víctima se quema sobre el altar; la otra porción es compartida en un banquete sagrado, estableciéndose así un vínculo de comunión con la divinidad, de quien proceden la fuerza y la vida.
El ritual israelita despoja a los sacrificios de todo elemento mágico y hace resaltar el aspecto personal. Pero estos ritos, como toda acción litúrgica, están expuestos a convertirse en prácticas puramente exteriores, desprovistos de espíritu. Israel incurrió muchas veces en este pecado, y los profetas tuvieron que alzar su voz para recordar que Dios detesta el humo de los sacrificios, cuando faltan la justicia y la fidelidad a sus mandamientos (Is. 1. 10-20; Os. 6.6; Am. 5. 21-25; Sal. 50. 7-15). Por eso, el Sacrificio por excelencia es el de Cristo, que aceptó "por obediencia la muerte y muerte de cruz" (Flp. 2. 8).

34 Estos son los mandamientos que el Señor dio a Moisés para los israelitas sobre la montaña del Sinaí.
1 El "holocausto" es un sacrificio en el que la víctima se quema totalmente. El ritual de este capítulo establece normas precisas sobre los animales que pueden ser ofrecidos en holocausto (vs. 3, 10, 14), y sobre la manera de practicar la inmolación y el ofrecimiento de las víctimas.
El resto de la legislación sacerdotal contiene disposiciones sobre los holocaustos cotidianos (Éx. 29. 38-42) y sobre los que se deben ofrecer en circunstancias especiales (12. 6-8; 14. 10-31; 15. 14-15, 29-30).
4. El gesto de imposición de las manos expresa una cierta solidaridad del oferente con la víctima sacrificada en su nombre.
2 En este ritual se especifican las diversas maneras de preparar la "oblación", que es una ofrenda hecha con productos del suelo.
2. La parte de la oblación que se quema sobre el altar recibe el nombre de "memorial". El significado de esta expresión es dudoso. Algunos intérpretes piensan que es un don ofrecido al Señor para que "se acuerde" del oferente; otros consideran que se trata más bien de una "prenda" o porción escogida, que "recuerda" o representa ante el Señor toda la ofrenda.
11-13. Las oblaciones no podían contener "levadura" ni "miel", tal vez por la facilidad con que estas se corrompen o por el uso que se les daba en los sacrificios paganos. Se exigía, en cambio, que estuvieran sazonadas con "sal", elemento que posee una significación simbólica: es "la sal de la alianza de tu Dios". Esta expresión se puede aclarar a la luz de una práctica común entre los árabes: la sal, que sirve de condimento a la comida y preserva de la corrupción, se utiliza en los banquetes de amistad y de alianza, como símbolo para establecer una comunidad perdurable. En Núm. 18. 19; 2 Crón. 13. 5, la expresión "alianza de sal" equivale a "alianza eterna".
3 El "sacrificio de comunión" es propiamente un banquete sagrado, en el que las partes más vitales de la víctima -la sangre y la grasa- se ofrecen a la divinidad, mientras que el resto de la carne es comida por el oferente. La finalidad de este sacrificio es establecer o renovar la comunión de vida entre Dios y el hombre. En 7. 32-34; 10. 14-15 se determinan las partes de la víctima que corresponden al sacerdote. Otros textos ponen de relieve el carácter festivo de estos sacrificios (Deut. 12. 7).
4 El "sacrificio por el pecado" es un rito de expiación. En él se pone de relieve el valor expiatorio de la sangre (Heb. 9. 22), valor que le viene de su vinculación con la vida (17. 11, 14). Ver nota Gn. 9. 4-5.
3. La falta del Sumo Sacerdote "recae también sobre el pueblo" debido a su función de representante de Dios ante el pueblo y del pueblo ante Dios.
5 14-19. El "sacrificio de reparación" es otra forma de sacrificio expiatorio. Aunque es difícil determinar exactamente en qué se distingue del "sacrificio por el pecado", parece que el "sacrificio de reparación" se relaciona con las faltas que lesionan los derechos de Dios o del prójimo, mientras que el "sacrificio por el pecado" expía sobre todo las faltas rituales. Si el perjuicio se podía estimar en dinero, además del sacrificio, se exigía la restitución (5. 20-26).
8 8. "Urím" y " Tumím": ver nota Éx. 28. 30.
9 23. Ver nota Éx. 16. 7.
11 4. "Se abstendrán de comer": los israelitas tenían prohibido comer y ofrecer a Dios como víctimas o primicias ciertos animales considerados impuros. No se puede determinar exactamente los motivos que llevaron a calificar de impuros a esos animales. En algunos casos, la impureza parece provenir del carácter nocivo o repugnante de los mismos; en otros, de su vinculación con prácticas paganas. El cerdo, por ejemplo, era considerado animal sagrado en los cultos sirofenicios.
12 Según las creencias antiguas, la concepción y el nacimiento -como toda la vida sexual- estaban rodeados de misterio y de peligros, y por eso debían ser protegidos con ritos especiales. El parto –lo mismo que la menstruación y el derrame del semen– implicaba una pérdida de vitalidad que debía ser recuperada antes de tener nuevamente acceso a Dios.
13 El término "lepra" tiene un significado muy amplio, y se aplica a diversas clases de enfermedades de la piel. A estas afecciones se equiparan la "lepra de la ropa" (vs. 47-59) y la "lepra de las paredes" (14. 33-53), o sea, el enmohecimiento de las telas y los hongos que se adhieren a las paredes, a causa de la humedad, y provocan la caída del revoque.
14 35. Ver nota cap. 13.
16 "EI gran Día de la Expiación" era un día de penitencia y ayuno, en el que se celebraban dos ceremonias de carácter y origen diversos: a) un rito de expiación por el Santuario, por los sacerdotes y por el pueblo, donde se ponía de relieve una vez más el valor expiatorio de la sangre (vs. 14-15, 18-19); b) un rito particular, que consistía en imponer las manos sobre un chivo para cargarlo con todos los pecados del pueblo, y en enviarlo luego al desierto, morada de "Azazel" (vs. 20-22), que es probablemente el nombre de un demonio. Esto tiene alguna relación con las creencias de los israelitas sobre los demonios que habitaban en los lugares desolados (Is. 13. 21; 34. 11-14; Mt. 12. 43). Al prescribir este rito, la legislación sacerdotal asume una antigua costumbre, de origen desconocido, pero cuyo significado es claro: alejar simbólicamente de la comunidad los pecados de que ella se había hecho culpable en el transcurso del año.
17 7. "A los sátiros": este pasaje se refiere a unos demonios que la superstición popular representaba con figuras de chivos, y cuya morada se situaba en los lugares despoblados y en las ruinas. Según 2 Rey. 23. 8, cerca de una de las puertas de Jerusalén, había un lugar de culto dedicado a los sátiros o chivos, que eI rey Josías mandó destruir.
18 Los antiguos hebreos consideraban el parentesco -incluso el que nosotros actualmente consideramos "legal"- como un vínculo de carne y sangre. Por eso toda unión sexual entre parientes era un caso de incesto.
21. Esta prescripción prohibe quemar niños a Moloc, un dios cuyo nombre original era Melec, que significa "rey".
19 9-10. Esta costumbre se remonta sin duda a una concepción antigua según la cual había que dejar algo a los espíritus del campo, para no poner en peligro la próxima cosecha. La ley israelita transformó esta costumbre en una prescripción de carácter social.
18. Ver Mt. 22. 39.
19. Estas tres prohibiciones condenan ciertas prácticas a las que se atribuía un significado mágico.
23-25. Esta prescripción es semejante a la prohibición de comer los frutos de la nueva cosecha antes de ofrecer las primicias (23. 14): el hombre no puede comer los productos del campo o del rebaño sin haber devuelto antes lo que pertenece a Dios, de quien procede la fecundidad.
26-28. La adivinación, la hechicería y los ritos condenados en los vs. 27-28, eran frecuentes entre los cananeos.
23 Ver nota Éx. 23. 14.
24 5-9. Ver nota Éx. 25. 30.
19-20. Ver Éx. 21. 23-25; Deut. 19. 21; nota Gn. 4. 23-24.
25 2-7. Acerca del año sabático, ver Éx. 23. 10-11.
8-17. El "año jubilar" o año del "jubileo" se llama así porque su apertura se anunciaba con un solemne toque de trompeta (en hebreo, "yobel"). Según la legislación contenida en este capítulo, ese año quedaban en libertad los esclavos israelitas, y volvían a sus primitivos dueños o a sus herederos, las propiedades que habían sido enajenadas en los últimos cincuenta años. Estas medidas estaban destinadas a defender los derechos de los pobres y a salvaguardar el carácter inalienable de las tierras. Tenían, además, un fundamento religioso: la tierra no podía ser vendida definitivamente, porque pertenecía a Dios (v. 23); y los israelitas no podían ser sometidos a esclavitud perpetua, porque eran servidores de Dios, que los había hecho salir de Egipto (v. 42).
La aplicación práctica de esta ley debía chocar con obstáculos insuperables, y no hay ningún indicio en la Biblia de que haya sido cumplida efectivamente. Todo hace pensar, más bien, que presenta un ideal de justicia y de igualdad social, que de hecho nunca se realizó. En su forma actual, este capítulo se remonta al exilio o, más probablemente, al período postexílico.
26 De manera similar a Deut. 28, la "Ley de Santidad" concluye con un anuncio de recompensa o de castigo para los que observan o quebrantan sus prescripciones. En los documentos del Antiguo Oriente, las fórmulas de bendición y maldición se encuentran frecuentemente como epílogo a una colección de leyes, o a las estipulaciones de una alianza.

Capítulo 1.

Los holocaustos
1 1 El Señor llamó a Moisés y le habló desde la Carpa del Encuentro en estos términos: 2 Di a los israelitas:
Cuando alguno de ustedes presente al Señor una ofrenda de ganado, podrá ofrecer animales del ganado mayor o menor.
3 Si su ofrenda es un holocausto de ganado mayor, deberá presentar un animal macho y sin ningún defecto. Lo llevará a la entrada de la Carpa del Encuentro, para que sea aceptado por el Señor, 4 e impondrá su mano sobre la cabeza de la víctima. Así esta le será aceptada y le servirá de expiación. 5Luego inmolará el novillo en la presencia del Señor, y los hijos de Aarón, los sacerdotes, ofrecerán la sangre y la derramarán sobre todos los costados del altar que está a la entrada de la Carpa del Encuentro. 6 El oferente desollará la víctima para el holocausto y la dividirá en pedazos. 7 Entonces los hijos del sacerdote Aarón encenderán fuego en el altar, pondrán leña sobre el fuego 8 y dispondrán los pedazos sobre la leña encendida que está sobre el altar, incluidas la cabeza y la grasa. 9 Después el oferente lavará con agua las entrañas y las patas, y por último, el sacerdote hará arder todo sobre el altar: es un holocausto, una ofrenda que se quema con aroma agradable al Señor.
10 Si su ofrenda para el holocausto pertenece al ganado menor –corderos o cabras– deberá ofrecer un animal macho y sin defecto. 11 Lo inmolará en la presencia del Señor, sobre el lado del altar que da hacia el norte, y los hijos de Aarón, los sacerdotes, rociarán con su sangre todos los costados del altar. 12 Luego lo cortará en pedazos, y el sacerdote dispondrá esas partes, incluidas la cabeza y la grasa, sobre la leña encendida que está sobre el altar. 13 El oferente lavará con agua las entrañas y las patas, y por último, el sacerdote hará arder todo sobre el altar: es un holocausto, una ofrenda que se quema con aroma agradable al Señor.
14 Si lo que ofrece en holocausto al Señor es un pájaro, podrá ofrecer torcazas o pichones de paloma. 15 El sacerdote depositará la ofrenda sobre el altar y le arrancará la cabeza. Luego hará arder la cabeza sobre el altar y escurrirá la sangre de la víctima por la pared del mismo. 16 Después le sacará el buche con sus residuos, y los arrojará al lugar donde se depositan las cenizas, en el lado este del altar. 17 Dividirá el animal en dos mitades, dejando un ala de cada lado, pero sin separarlas. Finalmente, el sacerdote lo hará arder sobre la leña encendida: es un holocausto, una ofrenda que se quema con aroma agradable al Señor.

Capítulo 2. (1-16) La oblación

La oblación

2 1 Cuando un persona ofrezca al Señor una oblación, su ofrenda consistirá en harina de la mejor calidad; sobre ella derramará aceite y pondrá incienso. 2 La llevará a los hijos de Aarón, los sacerdotes, y el sacerdote tomará un puñado de la harina con aceite y todo el incienso, y hará arder sobre el altar ese memorial, como una ofrenda que se quema con aroma agradable al Señor. 3El resto de la oblación será para Aarón y sus hijos, como una porción santísima de las ofrendas que se queman para el Señor.

4 Si presentas una oblación de alimentos cocidos al horno, la ofrenda será de harina de la mejor calidad, preparada en forma de panes sin levadura amasados con aceite, o de galletas sin levadura untadas con aceite.

5 Si ofreces una oblación de alimentos fritos a la sartén, la harina estará amasada con aceite y no llevará levadura. 6Deberás cortarla en pedazos y derramar aceite sobre ella: es una oblación.

7 Si ofreces una oblación de alimentos cocidos a la cacerola, la ofrenda deberá estar hecha con harina de la mejor calidad y con aceite.

8 Cuando presentes al Señor una oblación preparada en cualquiera de estas formas, la llevarás al sacerdote, y él la acercará al altar; 9 luego apartará de ella el memorial y lo hará arder sobre el altar: es una ofrenda que se quema con aroma agradable al Señor. 10 El resto de la oblación será para Aarón y sus hijos, como un porción santísima de las ofrendas que se queman para el Señor.

11 Ninguna de las oblaciones que ustedes ofrecerán al Señor estará hecha con materia fermentada, porque ni la levadura ni la miel deben arder como ofrenda que se quema para el Señor. 12 Podrán presentarlas al Señor como ofrendas de primicias, pero no serán ofrecidas sobre el altar como sacrificio de aroma agradable. 13 En cambio, sazonarás con sal todas las oblaciones que ofrezcas. Nunca dejarás que falte a tu oblación la sal de la alianza de tu Dios: sobre todas tus oblaciones deberás ofrecer sal.

14 Si presentas al Señor una oblación de primicias, ofrecerás espigas tostadas al fuego o granos molidos de cereales recién maduros. 15 Sobre ella derramarás aceite y le añadirás incienso: es una oblación. 16 Luego el sacerdote hará arder como memorial una parte del grano molido y del aceite, con todo el incienso: es una ofrenda que se quema para el Señor.

Capítulo 3. (1-17) El sacrificio de comunión

El sacrificio de comunión

3 1 Si una persona ofrece un sacrificio de comunión y su ofrenda pertenece al ganado mayor –sea macho o hembra– deberá presentar delante del Señor un animal sin defecto. 2 Impondrá su mano sobre la cabeza de la víctima, la inmolará a la entrada de la Carpa del Encuentro, y luego los hijos de Aarón, los sacerdotes, rociarán con su sangre todos los costados del altar. 3 El oferente presentará –como ofrenda que se quema para el Señor– las siguientes partes de la víctima: la grasa que recubre las entrañas y la que está adherida a ellas; 4 los dos riñones y la grasa que está sobre ellos –o sea, en los lomos– y la protuberancia del hígado, que extraerá junto con los riñones. 5 Los hijos de Aarón harán arder todo eso sobre el altar, junto con el holocausto colocado sobre la leña encendida, como una ofrenda que se quema con aroma agradable al Señor.

6 Si su ofrenda para el sacrificio de comunión pertenece al ganado menor –sea macho o hembra– deberá ofrecer al Señor un animal sin defecto. 7 Si lo que ofrece es un cordero, lo presentará ante el Señor, 8 impondrá su mano sobre la cabeza del animal ofrecido, y lo inmolará delante de la Carpa del Encuentro. Luego los hijos de Aarón rociarán con su sangre todos los costados del altar. 9 El oferente presentará –como ofrenda que se quema para el Señor– la grasa de la víctima para el sacrificio de comunión, a saber: toda la cola, que deberá ser cortada cerca del espinazo, la grasa que recubre las entrañas y la que está adherida a ellas; 10 los dos riñones, y la grasa que está sobre ellos –o sea, en los lomos– y la protuberancia del hígado, que extraerá junto con los riñones. 11 Finalmente, el sacerdote hará arder todo eso sobre el altar: es un alimento que se quema para el Señor.

12 Y si su ofrenda es una cabra, la llevará ante el Señor, 13 impondrá su mano sobre la cabeza de la víctima y la inmolará delante de la Carpa del Encuentro. Los hijos de Aarón rociarán con su sangre todos los costados del altar. 14 Él presentará –como ofrenda que se quema para el Señor– las siguientes partes de la víctima: la grasa que recubre las entrañas y la que está adherida a ellas; 15 los dos riñones y la grasa que está sobre ellos –o sea, en los lomos– y la protuberancia del hígado, que extraerá junto con los riñones. 16 Finalmente, el sacerdote hará arder todo eso sobre el altar: es un alimento que se quema con aroma agradable. Toda la grasa pertenece al Señor. 17 Este es un decreto irrevocable a lo largo de las generaciones, en cualquier parte donde ustedes vivan: no deberán comer grasa ni sangre.

Capítulo 4.(27-35) El sacrificio por el pecadode un hombre del pueblo

El sacrificio por el pecadode un hombre del pueblo

27 Si es una persona del pueblo la que peca inadvertidamente y se ha hecho culpable, cometiendo una falta contra alguna de las prohibiciones contenidas en los mandamientos del Señor, 28 una vez que se le haga conocer el pecado que ha cometido, presentará como ofrenda por la falta cometida, una cabra hembra y sin defecto. 29 Impondrá su mano sobre la cabeza de la víctima y la inmolará en el lugar del holocausto. 30 Después el sacerdote mojará su dedo en la sangre, la pondrá sobre los cuernos del altar de los holocaustos y derramará el resto de la sangre sobre la base del altar. 31 Luego quitará toda la grasa de la víctima, como se hace en los sacrificios de comunión, y la hará arder sobre el altar, como aroma agradable al Señor. De esta manera, el sacerdote practicará el rito de expiación en favor de esa persona, y así será perdonada.

32 Si lo que trae como ofrenda por el pecado es un cordero, deberá ser hembra y sin defecto. 33 Impondrá su mano sobre la cabeza de la víctima y la inmolará en el lugar donde se inmolan los holocaustos. 34 Luego el sacerdote mojará su dedo en la sangre de la víctima, la pondrá sobre los cuernos del altar de los holocaustos, y derramará toda la sangre sobre la base del altar. 35 Después quitará toda la grasa del animal, como se quita la grasa del cordero en los sacrificios de comunión, y la hará arder sobre el altar, junto con las ofrendas que se queman para el Señor. De esta manera, el sacerdote practicará el rito de expiación en favor de esa persona, por el pecado que cometió, y así será perdonada.

Capítulo 5. (20-25) La reparación de los delitos contra el prójimo

La reparación de los delitos contra el prójimo

20 El Señor dijo a Moisés:

21 Si una persona peca y defrauda al Señor, por haber engañado a su prójimo respecto de un objeto que le fue confiado en depósito o puesto bajo su cuidado, o bien, por haber estafado a su prójimo o haberlo violentado;

22 o si encuentra un objeto perdido, y lo niega, o si jura en falso respecto de una de esas cosas por las que un hombre puede incurrir en pecado;

23 si alguien peca y se hace culpable por cualquiera de estos motivos, deberá restituir lo que haya adquirido por medio de la estafa o la extorsión, así como también el depósito que se le confió, el objeto perdido que encontró, 24 o todo aquello sobre lo cual juró en falso. Los restituirá íntegramente, añadiendo un quinto más, que entregará al verdadero propietario en el momento de reparar su falta. 25 Además, presentará al sacerdote, a título de reparación, un carnero sin ningún defecto, o su equivalente en dinero, para ofrecerlo al Señor como sacrificio de reparación. 26 De esta manera, el sacerdote practicará el rito de expiación delante del Señor en favor de esa persona, y así será perdonada, cualquiera sea la falta de la que se haya hecho culpable.

Capítulo 6. (17-23) Prescripciones sobre el sacrificio por el pecado

Prescripciones sobre el sacrificio por el pecado

17 El Señor dijo a Moisés: 18 Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos:

Este es el ritual del sacrificio por el pecado:

La víctima del sacrificio por el pecado deberá será inmolada en el mismo lugar en que se inmola el holocausto, delante del Señor: es una cosa santísima. 19 El sacerdote que la ofrezca como sacrificio por el pecado, comerá de ella. Tendrá que ser comida en el recinto sagrado, o sea, en el atrio de la Carpa del Encuentro. 20 Todo cuanto toque la carne de la víctima quedará santificado; y si la sangre salpica alguna vestidura, tendrás que lavar en el recinto sagrado la parte salpicada. 21 La vasija de barro en que haya sido cocida se deberá romper; y si fue cocida en un recipiente de bronce, este será fregado y limpiado con agua. 22 Sólo podrán comer de ella los varones de la familia sacerdotal: es una cosa santísima. 23 En cambio, no se podrá comer ninguna víctima cuya sangre haya sido introducida en la Carpa del Encuentro para practicar el rito de expiación en el Santuario, sino que deberá ser consumida por el fuego.

Capítulo 7. (28-38) La parte de los sacerdotes. Conclusión

La parte de los sacerdotes

28 Luego el Señor dijo a Moisés: 29 Habla en estos términos a los israelitas:

El que ofrezca al Señor un sacrificio de comunión, le presentará una parte de la víctima sacrificada en calidad de ofrenda. 30 Presentará con sus propias manos la ofrenda que se quema para el Señor, y ofrecerá la grasa del animal, junto con el pecho, para realizar con este último el gesto de presentación al Señor. 31 Luego el sacerdote hará arder la grasa sobre el altar, y el pecho será para Aarón y sus hijos. 32 Además, ustedes deberán entregar, como ofrenda reservada al sacerdote, la pata derecha de la víctima ofrecida en sacrificio de comunión. 33 Esa pata es la porción que recibirá el hijo de Aarón que ofrezca la sangre y la grasa del sacrificio de comunión. 34 Porque yo retengo ese pecho y esa pata de los sacrificios de comunión ofrecidos por los israelitas, y se los entrego al sacerdote Aarón y a sus hijos: es un derecho válido para siempre en Israel.

Conclusión

35 Esta es la parte que corresponde a Aarón y a sus hijos, de las ofrendas que queman para el Señor, desde que fueron investidos para servir al Señor como sacerdotes; 36 esto es lo que el Señor mandó que se les diera, desde el momento en que fueron ungidos, como un derecho que ellos tendrán siempre sobre los israelitas, a lo largo de las generaciones.

37 Este es el ritual del holocausto, de la oblación, del sacrificio por el pecado, del sacrificio de reparación, del sacrificio de la consagración y del sacrificio de comunión, 38 que el Señor prescribió a Moisés en la montaña del Sinaí, cuando ordenó que los israelitas presentaran sus ofrendas al Señor, en el desierto del Sinaí.

Capítulo 8. (30-36) La aspersión con la sangre de los sacrificios

La aspersión con la sangrede los sacrificios

30 Moisés tomó en seguida el óleo de la unción y la sangre que estaba sobre el altar, e hizo una aspersión sobre Aarón, sobre sus hijos y sus vestiduras. De esta manera consagró a Aarón, a sus hijos, y también sus vestiduras.

31 Entonces Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: "Hagan cocer la carne a la entrada de la Carpa del Encuentro, y cómanla allí mismo, con el pan que está en la canasta del sacrificio de la consagración, conforme a la orden que recibí: ‘Aarón y sus hijos comerán esto’. 32 Lo que sobre de la carne y del pan, lo quemarán. 33 Durante siete días no abandonarán la entrada de la Carpa del Encuentro, o sea, hasta que termine el período de la consagración, porque la consagración de ustedes durará siete días. 34 El Señor ordenó que durante ese tiempo se hiciera lo mismo que se hizo hoy, para practicar el rito de expiación en favor de ustedes. 35 Durante ese tiempo, permanecerán día y noche junto a la entrada de la Carpa del Encuentro, cumpliendo lo que el Señor ha establecido, y así no morirán, porque esta es la orden que yo recibí". 36 Aarón y sus hijos hicieron todo lo que el Señor había mandado por medio de Moisés.

Capítulo 9. (1-24) Los primeros sacrificios de Israel. La gloria del Señor

Los primeros sacrificios de Israel

9 1 Al octavo día, Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel, 2 y dijo a Aarón: "Toma un ternero para un sacrificio por el pecado, y un carnero para un holocausto, ambos sin ningún defecto, y preséntalos delante del Señor. 3 Después di a los israelitas: ‘Tomen un chivo para ofrecerlo como sacrificio por el pecado; un ternero y un cordero, de un año y sin defecto, para un holocausto; 4 y traigan también un toro y un carnero para inmolarlos delante del Señor, en sacrificio de comunión. Además de esto, preparen una oblación amasada con aceite. Porque hoy el Señor se manifestará a ustedes’".

5 Ellos pusieron frente a la Carpa del Encuentro todo lo que Moisés les había ordenado, y la comunidad en pleno se acercó y permaneció de pie delante del Señor. 6 Entonces Moisés dijo: "El Señor les ordena hacer estas cosas, para que su gloria se manifieste a ustedes". 7Después dijo a Aarón: "Acércate al altar, ofrece tu sacrificio por el pecado y tu holocausto, y realiza así el rito de expiación por ti y por tu familia; presenta también la ofrenda del pueblo, y practica el rito de expiación en favor de ellos, como el Señor lo ha ordenado".

8 Aarón se acercó al altar e inmoló el ternero del sacrificio por su propio pecado. 9 Sus hijos le presentaron la sangre de la víctima, y él, mojando su dedo, puso un poco de sangre sobre los cuernos del altar y derramó el resto sobre la base del mismo. 10 Luego hizo arder sobre el altar la grasa, los riñones y la protuberancia del hígado, extraídos de la víctima del sacrificio por el pecado, como el Señor lo había ordenado a Moisés. 11 La carne y el cuero, en cambio, los quemó fuera del campamento.

12 En seguida inmoló la víctima del holocausto, y sus hijos le presentaron la sangre, con la que él roció todos los costados del altar. 13 Luego le trajeron la víctima cortada en pedazos, juntamente con la cabeza, y él los hizo arder sobre el altar. 14 Después de lavar las entrañas y las patas, también las hizo arder sobre el altar junto con el holocausto.

15 Luego presentó la ofrenda del pueblo: tomó el chivo del sacrificio por el pecado del pueblo, lo inmoló y lo ofreció como había hecho con el anterior. 16 Ofreció el holocausto conforme al ritual, 17 y presentó la oblación, de la cual extrajo un puñado, que hizo arder sobre el altar, junto con el holocausto de la mañana.

18 También inmoló el toro y el carnero del sacrifico de comunión ofrecido por el pueblo. Sus hijos le trajeron la sangre, y con ella roció todos los costados del altar. 19 Todas las partes grasosas del toro y del carnero –la cola, la grasa que recubre las entrañas, los riñones y la protuberancia del hígado– 20 fueron depositadas sobre los pechos de las víctimas. Aarón hizo arder las partes grasosas sobre el altar, 21 mientras que con el pecho y la pata derecha de los animales, hizo el gesto de presentación delante del Señor, como Moisés lo había ordenado.

22 Finalmente, Aarón extendió sus manos hacia el pueblo y lo bendijo.

La gloria del Señor

Después de ofrecer el sacrificio por el pecado, el holocausto y el sacrificio de comunión, Aarón descendió, 23 y Moisés entró junto con él en la Carpa del Encuentro. Al salir bendijeron al pueblo, y la gloria del Señor se manifestó a todo el pueblo: 24 un fuego salió de la presencia del Señor, y consumió el holocausto y las partes grasosas puestas sobre el altar. Al ver esto, todo el pueblo prorrumpió en gritos de júbilo y se postró con el rostro en tierra.

Capítulo 10. (16-20) Disposición acerca del sacrificio por el pecado

Disposición acerca del sacrificio por el pecado

16 Moisés preguntó entonces por el chivo del sacrificio por el pecado. Al enterarse de que ya había sido quemado, se irritó contra Eleazar e Itamar, los hijos de Aarón que habían sobrevivido, y exclamó: 17 "¿Por qué no comieron la víctima del sacrificio por el pecado en el recinto sagrado, ya que se trata de una cosa santísima, que el Señor les dio para borrar el pecado de la comunidad, practicando el rito de expiación en favor de ella, delante del Señor? 18 Supuesto que su sangre no fue llevada al interior del Santuario, tendrían que haberla comido en el recinto sagrado, como yo lo ordené". 19 Entonces Aarón respondió a Moisés: "Mis hijos presentaron hoy delante del Señor su sacrificio por el pecado y su holocausto, y a pesar de todo, tuve la desgracia de perderlos. Si yo hubiera comido hoy de la víctima del sacrificio por el pecado, ¿el Señor lo habría aprobado?". 20 Al oír esto, Moisés quedó satisfecho.

Capítulo 11. (41-47) Los reptiles. Conclusión

Los reptiles

41 Todos los animales que se arrastran por el suelo son una cosa inmunda: no está permitido comerlos. 42 Por lo tanto, ustedes no comerán ningún reptil que se arrastra sobre su vientre, ningún insecto que camina sobre cuatro patas o que tiene muchas patas, y ningún otro animal que se arrastra sobre el suelo, porque son algo inmundo. 43 No se contaminen ustedes mismos a causa de esos animales. No incurran en impureza a causa de ellos, para no quedar contaminados. 44 Porque yo soy el Señor, su Dios, y ustedes tienen que santificarse y ser santos, porque yo soy santo. No incurran en impureza a causa de esos animales que se arrastran por el suelo. 45 Porque yo soy el Señor, el que los hice subir del país de Egipto para ser su Dios. Ustedes serán santos, porque yo soy santo.

Conclusión

46 Estas son las instrucciones acerca de los animales, de las aves, de todos los seres vivientes que se mueven en las aguas, y de todos los demás animales que se arrastran por el suelo. 47 Así se establecerá una distinción entre lo puro y lo impuro, y entre los seres vivientes que está permitido comer y los que no pueden ser comidos.

Capítulo 12. (1-8) La purificación después del parto

La purificación después del parto

12 1 El Señor dijo a Moisés: 2 Habla en estos términos a los israelitas:

Cuando una mujer quede embarazada y dé a luz un varón, será impura durante siete días, como lo es en el tiempo de su menstruación. 3 Al octavo día será circuncidado el prepucio del niño, 4 pero ella deberá continuar purificándose de su sangre durante treinta y tres días más. No tocará ningún objeto consagrado ni irá al Santuario, antes de concluir el tiempo de su purificación.

5 Pero si da a luz una niña, será impura durante dos semanas, como lo es durante su menstruación, y deberá continuar purificándose de su sangre durante sesenta y seis días más.

6 Al concluir el período de su purificación, tanto por el hijo como por la hija, la madre presentará al sacerdote, a la entrada de la Carpa del Encuentro, un cordero de un año para ofrecer un holocausto, y un pichón de paloma o una torcaza, para ofrecerlos como sacrificio por el pecado. 7 El sacerdote lo presentará delante del Señor y practicará el rito de expiación en favor de ella. Así quedará purificada de su pérdida de sangre.

Este es el ritual concerniente a la mujer que da a luz un niño o una niña. 8 Y si no dispone de recursos suficientes para adquirir un cordero, tomará dos torcazas o dos pichones, uno para el holocausto y otro para el sacrificio por el pecado. El sacerdote realizará el rito de expiación en favor de ella, y así quedará purificada.

Capítulo 13. (45-59) Prescripciones sobre los leprosos. Las manchas de lepra en la ropa y en los cueros

Prescripciones sobre los leprosos

45 La persona afectada de lepra llevará la ropa desgarrada y los cabellos sueltos; se cubrirá hasta la boca e irá gritando: "¡Impuro, impuro!". 46 Será impuro mientras dure su afección. Por ser impuro, vivirá apartado y su morada estará fuera del campamento.

Las manchas de lepra en la ropa y en los cueros

47 Cuando aparezca una mancha de lepra en una prenda de lana o de lino 48–en la trama o en la urdimbre de la lana o del lino – o en un cuero, o en algo fabricado con cuero, 49 si la mancha es amarillenta o rojiza, se trata de una mancha de lepra y por lo tanto deberá ser mostrada al sacerdote. 50 Este la examinará y mantendrá aislado durante siete días el objeto afectado. 51 Al séptimo día volverá a examinar la mancha, y si se ha extendido por la prenda de vestir –en la trama o la urdimbre – o por el cuero –cualquiera sea el uso para el que se lo destina – es lepra maligna: ese objeto es impuro 52 y será quemado. Como se trata de lepra maligna, deberá ser consumido por el fuego. 53 Pero si el sacerdote comprueba que la mancha no se ha extendido, 54 ordenará que laven el objeto donde está la misma y lo mantendrá aislado siete días más. 55 El sacerdote examinará la mancha después de haber sido lavada: si esta no ha cambiado de aspecto, aunque no se haya extendido, el objeto es impuro y deberás quemarlo: es una corrosión, sea en la parte interior o en la parte exterior. 56Pero si el sacerdote comprueba que la mancha, una vez lavada, ha disminuido, la arrancará de la ropa o del cuero, de la trama o de la urdimbre. 57 Y si vuelve a aparecer, es un brote contagioso: el objeto deberá ser consumido por el fuego. 58 Pero si la mancha desaparece de la ropa –de la trama o de la urdimbre – o del objeto de cuero que ha sido lavado, se lo volverá a lavar, y entonces será puro.

59 Estas son las instrucciones relativas a la lepra de la ropa de lana o de lino –en la urdimbre o la trama – o de cualquier objeto de cuero, para declararlos puros o impuros.

Capítulo 14. (33-57) Las manchas de lepra en las casas y su purificación


Las manchas de lepra en las casas y su purificación

33 El Señor dijo a Moisés y a Aarón:

34 Cuando ustedes entren en la tierra de Canaán –esa tierra que yo les daré en posesión– y cuando haga aparecer manchas de lepra en alguna de las casas del país que ustedes van a poseer, 35 el dueño de la casa irá a decir al sacerdote: "He visto en mi casa algo así como lepra". 36 Antes de entrar a examinar las manchas, el sacerdote ordenará que la desocupen, para que nada de lo que hay en ella se vuelva impuro. Luego entrará a examinar la casa, 37 y si ve que las manchas formadas en las paredes son cavidades verduzcas o rojizas, que aparecen más hundidas que el resto de la pared, 38 el sacerdote saldrá a la puerta de la casa y la mantendrá clausurada durante siete días. 39 Al séptimo día regresará, y si la mancha se ha extendido por las paredes de la casa, 40 mandará quitar las piedras manchadas y las hará arrojar fuera de la ciudad, a un lugar impuro. 41 Después hará rasquetear todo el interior de la casa, y el revoque que haya sido quitado será arrojado fuera de la ciudad, a un lugar impuro. 42 Luego tomarán otras piedras para reemplazar a las primeras y se preparará otra mezcla para revocar la casa.

43 Pero si después de haber quitado las piedras, y de haber rasqueteado y revocado la casa, la mancha vuelve a aparecer, 44 el sacerdote entrará para someterla a un nuevo examen; y si la mancha se ha extendido por la casa, entonces se trata de lepra maligna: la casa es impura. 45 Esta será derribada, y sus piedras, su madera y todo el material serán llevados fuera de la ciudad, a un lugar impuro. 46 El que entró en la casa mientras estuvo clausurada será impuro hasta la tarde. 47 El que durmió en la casa deberá lavar su ropa, y lo mismo hará el que comió en ella. 48 Pero si el sacerdote, al examinar la mancha, ve que esta no se ha extendido por la casa después que fue revocada de nuevo, tendrá que declararla pura, porque la mancha ha desaparecido.

49 Luego tomará dos pájaros, un trozo de madera de cedro, una cinta de púrpura escarlata y un ramillete de hisopo, para eliminar el pecado de la casa. 50Primero inmolará uno de los pájaros sobre una vasija de barro que contenga agua proveniente de un manantial. 51Después tomará la madera de cedro, el hisopo, la púrpura escarlata y el pájaro vivo: los sumergirá en la sangre del pájaro inmolado y en el agua del manantial, y hará siete aspersiones sobre la casa. 52 Y una vez eliminado el pecado de la casa con la sangre del pájaro, con el agua del manantial, con el pájaro vivo, con la madera de cedro, con el hisopo y con la púrpura escarlata, 53 dejará en libertad al pájaro vivo, fuera de la ciudad, en pleno campo. Así realizará el rito de expiación por la casa, y esta quedará purificada.

54 Este es el ritual concerniente a toda clase de lepra: la tiña, 55 la lepra de la ropa y de las casas, 56 la hinchazón, la erupción y las manchas lustrosas. 57 Así se podrá determinar cuándo se es puro y cuándo impuro.

Este es el ritual concerniente a la lepra.

Capítulo 15. (19-32) Las impurezas sexuales en la mujer. Conclusión

Las impurezas sexuales en la mujer

19 Cuando una mujer tenga su menstruación, será impura durante siete días, y el que la toque será impuro hasta la tarde.

20 Cualquier objeto sobre el que ella se recueste o se siente mientras dure su estado de impureza, será impuro.

21 El que toque su lecho deberá lavar su ropa y bañarse con agua, y será impuro hasta la tarde.

22 El que toque algún mueble sobre el que ella se haya sentado, deberá lavar su ropa y bañarse con agua, y será impuro hasta la tarde.

23 Si alguien toca un objeto que está sobre el lecho o sobre el mueble donde ella se sienta, será impuro hasta la tarde.

24 Si un hombre se acuesta con ella, la impureza de la mujer se transmite a él; será impuro durante siete días, y cualquier lecho sobre el que se acueste, será impuro.

25 Cuando una mujer tenga un flujo de sangre durante varios días, fuera del período menstrual, o cuando la menstruación se prolongue más de lo debido, será impura mientras dure el flujo, como lo es durante la menstruación. 26 Todo lecho en el que se acueste y todo mueble sobre el que se siente será impuro, lo mismo que durante el período menstrual. 27 El que los toque será impuro: deberá lavar su ropa y bañarse con agua, y será impuro hasta la tarde.

28 Una vez que cese el flujo, la mujer contará siete días, y después será pura. 29 Al octavo día, conseguirá dos torcazas o dos pichones de paloma, y los presentará al sacerdote, a la entrada de la Carpa del Encuentro. 30 El sacerdote los ofrecerá, uno como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto. De esta manera, practicará el rito de expiación delante del Señor, en favor de esa mujer, a causa de la impureza de su flujo.

Conclusión

31 Ustedes deberán prevenir a los israelitas sobre sus impurezas, a fin de que no mueran a causa de ellas, por haber manchado mi Morada, que está en medio de ellos.

32 Este es el ritual concerniente a la persona que padece de flujo: al que tiene una eyaculación y por eso incurre en impureza; 33 a la mujer indispuesta debido a su menstruación; al hombre o a la mujer que padecen de flujo; y al hombre que se acuesta con una mujer impura.

Capítulo 16. (1-34) El gran Día de la Expiación

El gran Día de la Expiación

16 1 El Señor habló a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, que murieron al presentarse delante del Señor. 2 Él le dijo:

Ordena a tu hermano Aarón que no entre en cualquier momento en la parte del Santuario que está detrás del velo, frente a la tapa que cubre el Arca. De lo contrario morirá, porque yo me aparezco en la nube, sobre la tapa del Arca. 3 Él deberá entrar en el Santuario solamente de esta manera: con un novillo para un sacrificio por el pecado y con un carnero para un holocausto. 4 Además, tendrá que estar vestido con la túnica sagrada de lino y cubierto con pantalones de lino; se ceñirá con la faja de lino y llevará puesto el turbante de lino. Estas son vestiduras sagradas, que él se pondrá después de haberse bañado con agua.

5 Aarón recibirá de la comunidad de los israelitas dos chivos para un sacrificio por el pecado y un carnero para un holocausto. 6 Él ofrecerá su propio novillo como sacrificio por el pecado, y practicará el rito de expiación por sí mismo y por su familia. 7 Luego tomará los dos chivos y los presentará delante del Señor, a la entrada de la Carpa del Encuentro. 8 En seguida echará las suertes sobre los dos chivos: una suerte para el Señor y la otra para Azazel. 9 Presentará el chivo que la suerte haya destinado al Señor, y lo ofrecerá como sacrificio por el pecado. 10 En cuanto al chivo destinado por la suerte a Azazel, será puesto vivo delante del Señor, a fin de enviarlo al desierto para Azazel.

11 Aarón ofrecerá su propio novillo como sacrificio por el pecado y practicará el rito de expiación por sí mismo y por su familia. Lo inmolará, 12 y después tomará un incensario lleno de brasas extraídas del altar que está delante del Señor, y dos puñados de incienso aromático pulverizado. Llevará todo esto detrás del velo, 13 y pondrá el incienso sobre el fuego delante del Señor, de manera que la nube de incienso envuelva la tapa que está encima del Arca del Testimonio. Así no morirá. 14 Después tomará la sangre del novillo y rociará con el dedo la parte delantera de la tapa, hacia el este; y delante de la tapa, hará con el dedo siete aspersiones de sangre. 15 En seguida inmolará el chivo para el sacrificio por el pecado del pueblo y llevará su sangre detrás del velo. Allí hará con ella lo mismo que hizo con la sangre del novillo: hará las aspersiones sobre la tapa y delante de ella.

16 Así practicará el rito de expiación por el Santuario, para purificarlo de las impurezas y transgresiones de los israelitas, cualesquiera sean sus pecados. Y lo mismo hará con la Carpa del Encuentro, que habita con ellos en medio de sus impurezas. 17 Cuando Aarón entre en el Santuario para realizar allí el rito de expiación, nadie deberá estar en la Carpa del Encuentro, hasta que él salga.

Después de practicar el rito de expiación por sí mismo, por su familia y por toda la asamblea de Israel, 18 Aarón saldrá hasta el altar que está delante del Señor para realizar el rito de expiación por ese altar: tomará sangre del novillo y del chivo, y la pondrá sobre cada uno de los cuernos del altar; 19 luego hará con el dedo siete aspersiones de sangre sobre el altar, y así lo purificará de las impurezas de los israelitas, y lo santificará.

20 Cuando haya terminado de practicar el rito de expiación por el Santuario, por la Carpa del Encuentro y por el altar, presentará el chivo que todavía está vivo. 21 Aarón impondrá sus dos manos sobre la cabeza del animal y confesará sobre él todas las iniquidades y transgresiones de los israelitas, cualesquiera sean los pecados que hayan cometido, cargándolas sobre la cabeza del chivo. Entonces lo enviará al desierto por medio de un hombre designado para ello. 22 El chivo llevará sobre sí, hacia una región inaccesible, todas las iniquidades que ellos hayan cometido; y el animal será soltado en el desierto.

23 Aarón entrará en la Carpa del Encuentro, se despojará de las vestiduras de lino que se había puesto cuando entró en el Santuario, y las dejará allí. 24Luego se lavará con agua en el recinto sagrado y se volverá a poner sus vestiduras. En seguida saldrá para ofrecer su holocausto y el holocausto del pueblo, y para practicar el rito de expiación por sí mismo y por el pueblo. 25 Las partes grasosas de la víctima del sacrificio por el pecado, las hará arder sobre el altar.

26 El hombre encargado de soltar el chivo para Azazel deberá lavar su ropa y bañarse con agua; después podrá entrar de nuevo en el campamento.

27 El novillo del sacrificio por el pecado y el chivo del sacrificio por el pecado –cuya sangre fue introducida en el Santuario para el rito de expiación– serán sacados fuera del campamento, y su cuero, su carne y sus excrementos serán consumidos por el fuego. 28 La persona que los queme deberá lavar su ropa y bañarse con agua; después podrá entrar de nuevo en el campamento.

29 Este será para ustedes un decreto válido para siempre:

El décimo día del séptimo mes ustedes ayunarán y se abstendrán de hacer cualquier clase de trabajo, tanto el nativo como el extranjero que resida entre ustedes. 30 Porque ese día se practicará el rito de expiación en favor de ustedes, a fin de purificarlos de todos sus pecados. Así quedarán puros delante del Señor. 31 Ese será para ustedes un día de reposo absoluto, en el que deberán ayunar. Se trata de un decreto válido para siempre. 32 El sacerdote que haya sido consagrado por la unción e investido para ejercer el sacerdocio como sucesor de su padre, realizará el rito de expiación: se pondrá las vestiduras de lino –las vestiduras sagradas– 33 y realizará el rito de expiación por la parte más santa del Santuario, por la Carpa del Encuentro y por el altar. Lo mismo hará por los sacerdotes y por todos los miembros de la asamblea.

34 Este será para ustedes un decreto válido para siempre: una vez al año se realizará el rito de expiación en favor de los israelitas, por todos sus pecados.

Y Moisés hizo lo que el Señor le había ordenado.

Capítulo 17. (1-16) Reglas para la inmolación de animales

Reglas para la inmolación de animales

17 1 El Señor dijo a Moisés:2 Habla a Aarón, a sus hijos y a todos los israelitas, y diles: El Señor ha dado esta orden:

3 Si un hombre de la casa de Israel inmola un buey, una oveja o una cabra dentro del campamento o fuera de él, 4y no lo lleva a la entrada de la Carpa del Encuentro para presentarlo como ofrenda al Señor, delante de su Morada, será considerado reo de sangre: él ha derramado sangre, y por eso será excluido de su pueblo. 5 Así está mandado, a fin de que los israelitas traigan las víctimas que ellos suelen sacrificar en campo abierto, y las presenten al Señor, a la entrada de la Carpa del Encuentro, entregándolas al sacerdote para que sean ofrecidas al Señor como sacrificio de comunión. 6 Entonces el sacerdote rociará con esa sangre el altar del Señor, a la entrada de la Carpa del Encuentro, y hará arder las partes grasosas como aroma agradable al Señor. 7 De esta manera, los israelitas dejarán de ofrecer sacrificios a los sátiros, detrás de los cuales se están prostituyendo. Este será para ellos un decreto válido para siempre, a lo largo de las generaciones.

8 Diles además: Si un hombre de la casa de Israel o alguno de los extranjeros que residen en medio de ustedes, ofrece un holocausto o un sacrificio, 9 y no lo lleva a la entrada de la Carpa del Encuentro para ofrecerlo al Señor, será excluido de su pueblo.

10 Si un hombre de la casa de Israel o alguno de los extranjeros que residen en medio de ustedes, come cualquier clase de sangre, yo volveré mi rostro contra esa persona y la excluiré de su pueblo. 11 Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo mismo les he puesto la sangre sobre el altar, para que les sirva de expiación, ya que la sangre es la que realiza la expiación, en virtud de la vida que hay en ella. 12 Por eso dije a los israelitas: "Ninguno de ustedes comerá sangre, ni tampoco lo hará el extranjero que resida en medio de ustedes".

13 Y si cualquier israelita o cualquiera de los extranjeros que residen en medio de ustedes, caza un animal o un pájaro de esos que está permitido comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra. 14 Porque la vida de toda carne es su sangre. Por eso dije a los israelitas: "No coman la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre. El que la coma, será extirpado".

15 Cualquiera, sea nativo o extranjero, que coma un animal muerto o despedazado por las fieras, deberá lavar su ropa y bañarse con agua, y será impuro hasta la tarde. Después será puro. 16 Y si no lava su ropa ni se baña, cargará con su iniquidad.

Capítulo 18. (1-30) Prohibición del incesto

Prohibición del incesto

18 1 El Señor dijo a Moisés: 2 Habla a los israelitas en estos términos:

Yo soy el Señor, su Dios. 3 Ustedes no imitarán las costumbres de Egipto –ese país donde ustedes habitaron – ni tampoco las de Canaán –esa tierra adonde yo los haré entrar – . No seguirán sus preceptos, 4 sino que cumplirán mis leyes y observarán mis preceptos, obrando en conformidad con ellos. Yo soy el Señor, su Dios.

5 Ustedes cumplirán mis preceptos y mis leyes, porque el hombre que los cumple vivirá gracias a ellos. Yo soy el Señor.

6 Ninguno de ustedes se acercará a una mujer de su propia sangre para tener relaciones con ella. Yo soy el Señor.

7 No tendrás relaciones con tu madre, la esposa de tu padre: ella es tu madre, y tú no debes tener relaciones con ella.

8 No tendrás relaciones con la mujer de tu padre: ella es la misma carne de tu padre.

9 No tendrás relaciones con tu hermana, sea hija de tu padre o de tu madre, sea que haya nacido en la casa o fuera de ella.

10 No tendrás relaciones con tu nieta, sea por parte de tu hijo o de tu hija, porque es tu misma carne.

11 No tendrás relaciones con la hija de una mujer de tu padre: ella es descendiente de tu padre, hermana tuya, y tú no debes tener relaciones con ella.

12 No tendrás relaciones con la hermana de tu padre: ella es la misma carne que tu padre.

13 No tendrás relaciones con la hermana de tu madre, porque ella es la misma carne que tu madre.

14 No tendrás relaciones con la mujer del hermano de tu padre: no te acercarás a ella, que es tu tía.

15 No tendrás relaciones con tu nuera: ella es la esposa de tu hijo, y por eso, no debes tener relaciones con ella.

16 No tendrás relaciones con la esposa de tu hermano: es la misma carne que tu hermano.

17 No tendrás relaciones a un mismo tiempo con una mujer y con su hija, ni te casarás con su nieta, sea por parte de su hijo o de su hija: son de la misma carne que esa mujer, y tener relaciones con ellas es una depravación.

18 No te casarás con la hermana de tu esposa ni tendrás relaciones con ella mientras viva tu esposa, provocando su rivalidad.

19 No te acercarás a una mujer, para tener relaciones con ella, durante el período de su impureza menstrual.

20 No tendrás relaciones con la mujer de tu prójimo, haciéndote impuro con ella.

21 No entregarás a ninguno de tus descendientes para inmolarlo a Moloc, y no profanarás el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.

22 No te acostarás con un varón como si fuera una mujer: es una abominación.

23 No tendrás trato sexual con una bestia, haciéndote impuro con ella; y ninguna mujer se ofrecerá a un animal para unirse con él: es una perversión.

24 No se harán impuros de ninguna de esas maneras, porque así lo hicieron las naciones que yo voy a expulsar delante de ustedes, 25 y por eso el país quedó profanado. Yo les he pedido cuenta de su iniquidad, y el país ha vomitado a sus habitantes. 26 Pero ustedes observarán mis preceptos y mis leyes, y no cometerán ninguna de esas abominaciones, tanto el nativo como el extranjero que resida en medio de ustedes. 27 Porque todas esas abominaciones fueron cometidas por los hombres que habitaron el país antes que ustedes, y por eso el país ha sido profanado. 28 Que la tierra no los tenga que vomitar también a ustedes, a causa de sus impurezas, como vomitó a la nación que estaba antes que ustedes. 29 Porque todo el que cometa una de esas abominaciones será excluido de su pueblo. 30 Cumplan, entonces, mis prescripciones, y no hagan ninguna de esas cosas abominables que se hicieron antes, y así no se harán impuros a causa de ellas. Yo soy el Señor, su Dios.

Capítulo 19.(1-37) Prescripciones morales y rituales

Prescripciones morales y rituales

19 1 El Señor dijo a Moisés: 2 Habla en estos términos a toda la comunidad de Israel:

Ustedes serán santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo.

3 Respetarán a su madre y a su padre, y observarán mis sábados. Yo soy el Señor, su Dios.

4 No se volverán hacia los ídolos ni se fabricarán dioses de metal fundido. Yo soy el Señor, su Dios.

5 Cuando ofrezcan al Señor un sacrificio de comunión, lo harán de tal manera que les sea aceptado. 6 La víctima deberá ser comida el mismo día en que ofrezcan el sacrificio, o al día siguiente, y lo que quede para el tercer día, será quemado. 7 Y si alguien come algo al tercer día, la víctima no le será aceptada, porque se ha convertido en algo nocivo. 8 El que la coma, cargará con su culpa, porque ha profanado lo que está consagrado al Señor: esa persona será excluida de su pueblo.

9 En el momento de recoger la cosecha, no segarás todo el campo hasta sus bordes, ni volverás a buscar las espigas que queden. 10 No sacarás hasta el último racimo de tu viña ni recogerás los frutos caídos, sino que los dejarás para el pobre y el extranjero. Yo soy el Señor, tu Dios.

11 Ustedes no robarán, no mentirán ni se engañarán unos a otros. 12 No jurarán en falso por mi Nombre, porque profanarían el nombre de su Dios. Yo soy el Señor. 13 No oprimirás a tu prójimo ni lo despojarás; y no retendrás hasta la mañana siguiente el salario del jornalero. 14 No insultarás a un sordo ni pondrás un obstáculo delante de un ciego, sino que temerás a tu Dios. Yo soy el Señor.

15 No cometerás ninguna injusticia en los juicios. No favorecerás arbitrariamente al pobre ni te mostrarás complaciente con el rico: juzgarás a tu prójimo con justicia. 16 No difamarás a tus compatriotas, ni pondrás en peligro la vida de tu prójimo. Yo soy el señor.

17 No odiarás a tu hermano en tu corazón; deberás reprenderlo convenientemente, para no cargar con un pecado a causa de él. 18 No serás vengativo con tus compatriotas ni les guardarás rencor. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.

19 Ustedes observarán mis preceptos.

No cruzarás tu ganado con animales de otra especie. No sembrarás en tu campo dos clases distintas de semilla. No usarás ropa confeccionada con materiales diversos.

20 Si un hombre tiene relaciones sexuales con una esclava reservada a otro hombre, pero que no ha sido rescatada ni puesta en libertad, se pagará una indemnización; ellos no serán castigados con la pena de muerte, porque la mujer no es libre. 21 El hombre llevará un carnero a la entrada de la Carpa del Encuentro, como sacrificio de reparación al Señor. 22 El sacerdote practicará con el carnero el rito de expiación en favor de ese hombre, delante del Señor, por el pecado que cometió, y el pecado le será perdonado.

23 Cuando entren en la tierra y planten árboles frutales de todas clases, deberán considerar sus frutos como algo prohibido: durante tres años los dejarán incircuncisos, y no se los podrá comer. 24 Al cuarto año, todos sus frutos serán consagrados en una fiesta de alabanza al Señor. 25 Y sólo en el quinto año, podrán comer los frutos y almacenar el producto para provecho de ustedes mismos. Yo soy el Señor, su Dios.

26 Ustedes no comerán nada que tenga sangre. No practicarán la magia ni la adivinación.

27 No se cortarán el borde de la cabellera en forma de círculo, ni cortarás el borde de tu barba. 28 No se harán incisiones en la carne a causa de los muertos, ni tampoco se harán tatuajes. Yo soy el Señor.

29 No profanarás a tu hija, prostituyéndola, no sea que también la tierra se prostituya y se llene de depravación.

30 Observarán mis sábados y respetarán mi Santuario. Yo soy el Señor.

31 No acudirán a los espíritus de los muertos ni consultarán a otros espíritus, haciéndose impuros a causa de ellos. Yo soy el Señor, su Dios.

32 Te levantarás delante del anciano, y serás respetuoso con las personas de edad. Así temerás a tu Dios. Yo soy el Señor.

33 Cuando un extranjero resida contigo en tu tierra, no lo molestarás. 34 Él será para ustedes como uno de sus compatriotas y lo amarás como a ti mismo, porque ustedes fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el Señor, su Dios.

35 No cometerán ninguna injusticia en los juicios, ni falsearán las medidas de longitud, de peso o de capacidad. 36 Ustedes deberán tener una balanza justa, una pesa justa y una medida justa. Yo soy el Señor, su Dios, que los hice salir de Egipto. 37 Observen fielmente todos mis preceptos y todas mis leyes. Yo soy el Señor.

Capítulo 20. (25-27) Lo puro y lo impuro


Lo puro y lo impuro

Yo soy el Señor, su Dios, que los separé de los otros pueblos. 25 Por eso ustedes deberán separar los animales puros de los impuros, y los pájaros impuros de los puros. No se hagan abominables a causa de un animal, de un pájaro o de cualquier alimaña que se arrastra por el suelo, porque yo los separé para que ustedes los consideren impuros. 26 Ustedes serán santos, porque yo, el Señor, soy santo, y los separé de los otros pueblos, para que me pertenezcan.

27 El hombre o la mujer que consulten a los muertos o a otros espíritus, serán castigados con la muerte: los matarán a pedradas, y su sangre caerá sobre ellos.

Capítulo 21. (16-24) Los impedimentos para el sacerdocio

Los impedimentos para el sacerdocio

16 El Señor siguió diciendo a Moisés: 17 Habla en estos términos a Aarón:

Ninguno de tus descendientes que tenga un defecto corporal se acercará a ofrecer el alimento de su Dios, a lo largo de las generaciones. 18 No podrá acercarse nadie que tenga un defecto corporal: ninguno que sea ciego, rengo, desfigurado o deforme; 19 que tenga la pierna o el brazo rotos; 20 que sea jorobado o raquítico; que tenga una mancha en los ojos; que esté enfermo de sarna o de tiña, o que esté castrado. 21Ningún descendiente del sacerdote Aarón que tenga un defecto presentará las ofrendas que se queman para el Señor: por tener un defecto, no se acercará a presentar el alimento de su Dios. 22Podrá comer, en cambio, el alimento de su Dios, tanto las cosas santísimas como las santas. 23 Pero no entrará detrás del velo ni se acercará al altar; él tiene un defecto corporal y no debe profanar esos lugares que me están consagrados, porque yo soy el Señor, que los santifico.

24 Así habló Moisés a Aarón y a sus hijos, y a todos los israelitas.

Capítulo 22.(17-33) Animales para los sacrificios y Exhortación Final


Los animales para los sacrificios

17 El Señor dijo a Moisés: 18 Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos, y a todos los israelitas:

Si un hombre de la casa de Israel, o alguno de los extranjeros residentes en Israel presenta su ofrenda al Señor para un holocausto –ya sea en cumplimiento de un voto o como ofrenda voluntaria– 19 para que esa ofrenda le sea aceptada, tendrá que ser buey, oveja o cabra, macho y sin defecto. 20 No ofrezcan nada que tenga algún defecto, porque no les será aceptado.

21 Y si alguien –sea en cumplimiento de un voto especial o como ofrenda voluntaria– presenta al Señor en sacrificio de comunión un animal del ganado mayor o menor, para que esa ofrenda le sea aceptada, tendrá que ser sin defecto: no habrá en ella ninguna imperfección. 22No deberán ofrecer ni presentar como ofrenda que se quema para el Señor ningún animal ciego, estropeado o mutilado, ulcerado, sarnoso o purulento. 23 En cambio, podrán ofrecer como ofrenda voluntaria un buey o una oveja con un miembro demasiado largo o demasiado corto; pero no les será aceptado en cumplimiento de un voto. 24 Tampoco ofrecerán animales con los testículos aplastados, destrozados, arrancados o cortados. No harán nada de esto en su tierra, 25 ni aceptarán estos animales a los extranjeros para ofrecerlos como alimento de su Dios, porque en ellos hay una deformidad y tienen un defecto. Por eso no les serán aceptados.

26 El Señor dijo a Moisés:

27 Cuando nazca un ternero, un cordero o un cabrito, estará siete días con su madre, y a partir del octavo será aceptado como ofrenda que se quema para el Señor. 28 Pero no inmolarán ningún animal del ganado mayor o menor junto con su cría, en un mismo día.

29 Cuando ofrezcan al Señor un sacrificio de acción de gracias, háganlo de tal manera que les sea aceptado. 30 Será comido ese mimo día; no dejarán nada para el día siguiente. Yo soy el Señor.

Última exhortación

31 Observen fielmente mis mandamientos. Yo soy el Señor. 32 No profanen mi santo Nombre, para que yo sea santificado en medio de los israelitas. Yo soy el Señor, que los santifico, 33 el que los hizo salir de Egipto para ser su Dios. Yo soy el Señor.

Capítulo 23.(33-44) La Fiesta de las Chozas

La Fiesta de las Chozas

33 El Señor dijo a Moisés: 34 Habla en estos términos a los israelitas:

Además, el día quince de este séptimo mes se celebrará la fiesta de las Chozas en honor del Señor, durante siete días. 35 El primer día habrá una asamblea litúrgica, y ustedes no harán ningún trabajo servil. 36 Durante siete días presentarán una ofrenda que se quema para el Señor. Al octavo día, celebrarán una asamblea litúrgica y presentarán una ofrenda que se quema para el Señor: es una asamblea solemne y ustedes no harán ningún trabajo.

Conclusión

37 Estas son las fiestas del Señor, en las que ustedes convocarán las asambleas litúrgicas y presentarán ofrendas que se queman para el Señor –holocaustos, oblaciones, sacrificios y libaciones, según corresponda a cada día– 38 además de los sábados del Señor, y de los dones, las ofrendas votivas y las ofrendas voluntarias que ustedes ofrezcan al Señor.

Apéndice sobre la Fiesta de las Chozas

39 El día quince del séptimo mes, cuando hayan cosechado los productos de la tierra, celebrarán la Fiesta del Señor durante siete días. El primero y el octavo día serán de descanso. 40 El primer día ustedes tomarán frutos de los mejores árboles, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos y sauces del río, y se alegrarán en la presencia del Señor, su Dios, durante siete días. 41 Así celebrarán la Fiesta del Señor durante siete días cada año, en el séptimo mes. Este es un decreto válido para siempre, a lo largo de las generaciones. 42 Durante siete días vivirán en chozas. Así tendrán que hacerlo todos los nativos de Israel, 43 para que las generaciones futuras sepan que yo hice vivir en chozas a los israelitas, cuando los hice salir del país de Egipto. Yo soy el Señor, su Dios.

44 De esta manera, Moisés declaró a los israelitas cuáles eran las fiestas del Señor.

Capítulo 24.(17-23) Ley del Talión

La ley del talión

17 El que hiera mortalmente a cualquier hombre, será castigado con la muerte.

18 El que hiera mortalmente a un animal, pagará la indemnización correspondiente: vida por vida.

19 Si alguien lesiona a su prójimo, lo mismo que él hizo se le hará a él: 20 fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; se le hará la misma lesión que él haya causado al otro. 21 El que mate un animal pagará una indemnización por él, pero el que mate a un hombre, será castigado con la muerte. 22 No habrá para ustedes más que un derecho, válido tanto para el extranjero como para el nativo. Porque yo soy el señor, su Dios.

La aplicación del castigo

23 Así habló Moisés a los israelitas. Entonces ellos sacaron al blasfemo fuera del campamento y lo mataron a pedradas. De esta manera ejecutaron la orden que el Señor había dado a Moisés.

Capítulo 25.(1-7) El año sabático

El año sabático

25 1 El Señor dijo a Moisés sobre la montaña del Sinaí: 2 Habla en estos términos a los israelitas:

Cuando entren en la tierra que yo les doy, la tierra observará un sábado en honor del Señor. 3 Durante seis años sembrarás tu campo, podarás tu viña y cosecharás sus productos. 4 Pero el séptimo año, la tierra tendrá un sábado de descanso, un sábado en honor del Señor: no sembrarás tu campo ni podarás tu viña; 5 no segarás lo que vuelva a brotar de la última cosecha ni recogerás las uvas de tu viña que haya quedado sin podar: será un año de descanso para la tierra. 6 Sin embargo, podrán comer todo lo que la tierra produzca durante su descanso, tú, tu esclavo, tu esclava y tu jornalero, así como el huésped que resida contigo; 7 y también el ganado y los animales que estén en la tierra, podrán comer todos sus productos.

Capítulo 26 .Promesas de bendición

26 1 No se fabriquen ídolos ni se erijan imágenes o piedras conmemorativas; no pongan en su tierra piedras grabadas para postrarse delante de ellas, porque yo soy el Señor, su Dios. 2Observen mis sábados y respeten mi Santuario. Yo soy el Señor.

Promesas de bendición

3 Si ustedes viven conforme a mis preceptos y observan fielmente mis mandamientos,

4 yo enviaré las lluvias a su debido tiempo,

y así la tierra dará sus productos

y las plantas del campo, sus frutos.

5 Entonces el tiempo de la trilla

se prolongará hasta la vendimia

y la vendimia, hasta la siembra.

Comerán pan hasta saciarse

y habitarán seguros en su tierra.

6 Yo aseguraré la paz en el país

y ustedes descansaránsin que nadie los perturbe:

alejaré del país los animales dañinos

y ninguna espada asolará la tierra.

7 Perseguirán a sus enemigos,

y ellos caerán bajo la espadadelante de ustedes.

8 Cinco de ustedes perseguirán a cien,y cien a diez mil;

y sus enemigos caerán bajo la espadadelante de ustedes.

9 Yo los miraré con bondad,

los haré fecundos y numerosos,

y mantendré mi alianza con ustedes.

10 Comerán grano viejo largamente almacenado,

y tendrán que tirar el grano viejo

para dar lugar al nuevo.

11 Yo pondré mi Morada en medio de ustedes

y no les tendré aversión;

12 siempre estaré presente entre ustedes:

ustedes serán mi Pueblo

y yo seré su Dios.

13 Yo soy el Señor, su Dios, el que los hice salir de Egipto para que no fueran más sus esclavos.

Yo rompí las barras de su yugo

y los hice caminar con la cabeza erguida.

Capítulo 27. Los aranceles: las personas

27 1 El Señor dijo a Moisés: 2 Habla en estos términos a los israelitas:

Si alguien ofrece como voto al Señor la suma equivalente a una persona, 3 se aplicará la siguiente tasación:

Si es un varón de veinte a sesenta años, la suma será de cincuenta siclos de plata, en siclos del Santuario; 4 y si es una mujer, la suma será de treinta siclos.

5 Si la edad es de cinco a veinte años, la suma será de veinte siclos por un varón y de diez por una mujer.

6 Si la edad es de un mes a cinco años, la suma será de cinco siclos de plata por un varón y de tres por una mujer.

7 Si la edad es de sesenta años en adelante, la suma será de quince siclos por un varón y de diez por una mujer.

8 Pero si el oferente es demasiado pobre para pagar la suma establecida, se presentará al sacerdote, el cual fijará un equivalente proporcionado a los recursos del que hace el voto.